domingo, 12 de febrero de 2012

Introducción


Introducción

Un bosque por la noche, eso era lo único que se veía desde la torre en la que la chica estaba sentada. Suspiró y se acomodó la capucha de su capa vieja, saltó desde la torre para caer de dos pies, con una mano en el piso. No se veía más que sus verdes ojos centellar con furia, mucha furia. Caminó por el bosque, lo conocía desde pequeña y se sabía todos los pasadizos y trampas de éste. ¿Por qué había en un bosque pasadizos y trampas? porque en ese momento ese lugar estaba en guerra, y esa guerra no era agradable, ninguna guerra es agradable, pero esa es de las que se destaca. Ésta guerra no es una guerra normal, obviamente, ésta guerra es en un mundo el cual el nombre es desconocido, muy pocas personas lo conocen y menos personas saben de su existencia. Regresando al bosque, la chica caminando entre los árboles y las sombras. Ella no lo sabía, pero alguien la observaba desde lo lejos y la veía con curiosidad ¿qué hace una chica de poca edad en un bosque obscuro a la mitad de la noche? Eso no era lo que le daba curiosidad al espectador, eso no, era la manera en la que ella caminaba, la manera en la que sus ojos centellaban con furia, la manera en la que su arco le colgaba del hombro. Antes era normal, pero las niñas de esa edad en especial en esas épocas, ninguna chica salía, es más ninguna persona, a todos les daba miedo. Por todos lados corrían sombras y demonios, siempre había algo que temer, siempre había alguien a quien temer. En esos tiempos nadie confiaba en nadie, ni en su mejor amigo, siempre había alguien que te apuñalaría por la espalda. Siempre.
La chica pronto percibió la mirada y hábilmente tomó el arco y apunto a unos grandes ojos color miel, luego bajó el arco lentamente y miró a los ojos fijamente. Sonrío de lado. 
-Me alegro volverte a encontrar.- dijo la chica fríamente.
El espectador salió de las sombras y mostró su cara para luego decir:
-No esperaba encontrarte por aquí, pensé que seguías en el norte.- 
La chica sonrío de lado, no lo pensó dos veces, y corrió por el bosque, sabía que estaba apunto de pasar, pero no se preocupó por su amigo, él desaparecería pronto.
Entró a una cabaña, se quitó la capa y dejó su castaño cabello suelto, ahí la esperaban otras tres chicas, una con el pelo rojo como el fuego y ojos negros como la noche, otra con pelo muy claro y rubio sus ojos rugían con adrenalina roja, la tercera tenía un rostro mucho más afable que el resto, su pelo desordenado y negro le daba una impresión loca y divertida, mientras sus ojos azul claro brillaban con diversión infantil. La chica les sonrió y dejó su capa apoyada en una silla, luego se sentó en su cama y vio el techo distraídamente, sintió el roce de una de las chicas para encontrarse con los ojos semi rojos de su amiga.
-Te necesitamos, y tu lo sabes, no lo niegues, que no te dejaré, nadie te dejará negarlo.- dijo la rubia con una sonrisa forzada, sabiendo que lo que sentía era diferente. 
La castaña sonrió sabiendo que su amiga mentía, desde el día que ella había llegado, pensó que ella era débil y no sabía hacer nada mejor que lloriquear. Aunque sua amigas no lo supieran, ella lo sabía y no culpaba a la rubia, cuando ella había llegado lo único que hacía era quejarse, ya no.
Se sentó en la cama y se acurrucó, metió su cara en sus rodillas y luego sin saberlo se empezó a acostar nuevamente, sin querer, terminó por dormirse. 
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Esta es la introducción a mi libro y les voy a explicar algo para que no se confundan:
Lo escrito en azul significa que es en otra realidad.
Lo escrito en verde es la realidad en la que vivimos presentemente.

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